Sobre Mí...
Soy doula, asesora de lactancia y acompañante en salud femenina
Mi labor no es solo brindar información, sino sostener, estar presente en cada transición, con herramientas, con escucha y con el respeto que cada proceso merece.
Desde la gestación hasta el nacimiento, desde el puerperio hasta la lactancia, desde el sangrado cíclico hasta la menopausia, cada etapa en la vida de una mujer tiene su propio ritmo y su propia medicina. Y en cada una de ellas, el cuerpo nos habla, nos guía y nos muestra su capacidad de transformación.
Mi camino hacia la herbolaria y la salud femenina no fue lineal, sino un recorrido de exploración, aprendizaje y profunda transformación. Durante años, observé cómo muchas mujeres —incluyéndome— crecimos desconectadas de nuestros cuerpos, normalizando el malestar o sintiendo que algo en nosotras no funcionaba bien. Fue ahí cuando entendí que el bienestar no es solo físico, sino también emocional y energético, y que la naturaleza nos ofrece herramientas para sanar desde la raíz.
A lo largo de mi formación y experiencia, fui comprendiendo que cuidar a una mujer es mucho más que abordar un síntoma o una etapa específica. El cuerpo es memoria, es historia, es tránsito. Y su bienestar no puede separarse de su experiencia, de sus ciclos, de la forma en que ha sido sostenida y cuidada.
Por eso, mi acompañamiento no se limita a un solo camino, sino que abraza cada proceso en el que una mujer necesita sostén: el embarazo y el parto, el posparto y la lactancia, la transformación de la placenta en medicina, la salud menstrual y el equilibrio hormonal. Todo esto es parte de un mismo entramado, un mismo hilo que nos recuerda que el cuerpo tiene sus ritmos, y que la naturaleza nos ofrece respuestas cuando aprendemos a escuchar.
Hoy, en Raíces de Luna, acompaño a mujeres en su propio camino de reconexión, ofreciéndoles herramientas naturales, pero sobre todo, un espacio de escucha y sostén. Porque cuidar es algo profundo, es algo cíclico, es algo sagrado.
